martes, 29 de diciembre de 2009

XXVII Exposición de Navidad de miniaturas militares



Como todos los años y sin perder las buenas costumbres, tras felicitar la Navidad a familiares, amigos y vecinos, comer polvorones, brindar con cava; a todos los que nos gusta esto de la miniatura tenemos algo más con lo que cumplir: la exposición que la Asociación de Miniaturistas Dos de Mayo realiza en el Museo de la Ciudad de Madrid. Desde el 15 de diciembre de 2009 al 17 de enero estará expuesta la "XXVIII Exposición de Navidad de miniaturas militares. El Ejército de Alfonso XIII. Año 1909". Aunque este año está dedicado al ejército de Alfonso XIII, ejército que no nos ocupa en este blog, siempre hay una nutrida representación de miniaturas napoleónicas y nunca faltan aquellas de las que si tratamos en este blog.
Otros años he podido hacer fotos, pero este no me lo han permitido. Así que, no es posible que os ofrezca esas maravillas. Lo que sí es posible, es presentaros mis adquisiciones a pie de exposición.
La primera, y como no podía ser de otra manera, el Capitán Pedro Velarde y Santillán.
Realizada por Mario Ocaña Carreño, es

una figura utilizada, por posición, gesto y uniforme, en los dioramas que recogen la resistencia en la puerta del Parque de Monteleón aquel Dos de Mayo de 1.808.
La segunda, por su singularidad, un componente del Batallón de Voluntarios Almogávares de 1.810. Una figura realizada por José Hidalgo, recoge una miniatura y un batallón, que por lo menos yo desconocía por completo. Otro ejemplo de la calidad de esta Asociación en cuanto a innovación en miniaturas de esta época.
Ambas vienen acompañadas por sus cuadros de colores y algo de la historia del batallón.
Es muy recomendable, es gratis y además si tienes niños pueden ver un gran Belén en la planta baja. Vamos, que si estás en Madrid y tienes tiempo hay que ir.
Por último,
FELIZ NAVIDAD A TODOS Y TODAS y DESEAROS UN MUY BUEN AÑO 2.010

jueves, 24 de diciembre de 2009

Cañón de 8 libras y oficial de artillería

Tanto la pieza de artillería como el oficial que aparecen en el escenario pertenecen a la artillería de línea a pie de las divisiones 2ª de Donzelot y la 3ª de Marcognet. Las dos bajo el mando de D’Erlon. Este había combatido en Fuentes de Oñoro, Vitoria y los Pirineos en la Guerra de la Independencia. En la batalla de Vitoria, el conde D'Erlon, comandaba la segunda línea compuesta por dos divisiones del Ejército del Centro (Armée du Centre), en una posición a ambos lados del Camino Real enfrente del pueblo de Gomecha.

En este diorama el oficial de artillería ni si quiera ha cambiado de orientación su bicornio. Todavía lo mantiene en posición de columna, con lo que se quiere reflejar la situación de urgencia por la que está pasando.

Usa dos pistolas del modelo An XI, con llave de chispa a la francesa, caja entera de nogal y culata reforzada como armas. Algo también inusual y no reglamentario, pero muy útil para defenderse en una situación apurada, más si cabe si en frente podemos imaginar una carga de caballería. Su espada no es tampoco la reglamentaria de 1.806, sino la antigua espada del periodo Consular.

En cuanto a la pieza de a 8 es la pieza fundamental de la artillería francesa de línea, un arma funcional y muy robusta. Con un tubo de 2 metros de largo (79 pulgadas) y un peso de más de media tonelada (1.286 libras), obtenía un alcance de máximo tiro de 1,4 kms y un alcance eficaz de 730 metros, iban acompañadas de tres armones con 213 proyectiles por arma.

Colección "Escenarios de Artillería" de Planeta DeAgostini

sábado, 19 de diciembre de 2009

Artillería a Caballo de la Guardia


La artillería a caballo de la Guardia vestía uniforme de húsar, cuyas prendas características eran el colbac, la pelliza y las botas de montar a la húngara. En 1.810, el uniforme de gala constaba de colbac con banderola escarlata y pluma roja; dolman, pelliza con botones dorados unidos por alamares rojos; fajín azul con franjas verticales rojas y pantalón azul oscuro y botas cortas negras, ribeteadas de
rojo. Todos los adornos del uniforme de la tropa eran rojos. En el uniforme de campaña no vestía pelliza. El colbac podía ser sustituido por un chacó negro, ribeteado de rojo y con pluma y cordones del mismo color. Los oficiales vestían uniforme similar al de la tropa, con toda la pasamanería dorada. Un elemento distintivo de las unidades a caballo era la cartera portaplanos. El sable, curvado de caballería; con vaina, empuñadura y guardamano dorado.

En el caso de los corneta el uniforme de gala estaba compuesto por un colbac blanco con pluma azul rematada en blanco y banderola roja, dolman y pantalones en azul celeste, como el uniforme. Los alamares del dolman y al pelliza son azules y dorados. El caballo es reglamentariamente blanco.




Colección Guerras Napoleónicas de RBA Editores

lunes, 14 de diciembre de 2009

Artillería Francesa en España (II)


La artillería napoleónica fue la espina dorsal del ejército francés. Los cañones franceses se usaban en baterías en masa para debilitar las formaciones enemigas antes de que la infantería o la caballería se lanzara al ataque.

En 1776 Jean-Baptiste Vaquette de Gribeauval logró que se aprobara su reforma de la artillería francesa:

Lo primero que hizo fue dividir la Artillería francesa en cuatro categorías: de costa, de plaza, de asedio y de campaña. La Artillería de campaña fue su objetivo principal en cuanto a mejoras se refieren, estandarizando todo lo que tenía que ver con el Arma.

Redujo el número de cañones de campaña a sólo tres tipos: de 4, 8 y 12 libras. Los obuses, de tubo más corto, pensado para un tiro curvo, fueron también simplificados en dos modelos: 6 y 8 libras.

Además, las cureñas se mejoraron, con gualderas (piezas laterales verticales) sustancialmente aligeradas. Aún así, el cañón de campaña francés de 12 libras pesaba, completo, unas dos toneladas. Las ruedas aumentaron, pues, su diámetro para un mejor comportamiento en terreno irregular y los avantrenes se simplificaron y aligeraron. Además, redujo la longitud de las ánimas y el grosor de los tubos, ahorrando hasta la mitad de peso; aprovechó para ello las nuevas técnicas que permitían fundir los cañones como un bloque macizo en el que luego se vaciaba el ánima mediante una perforadora rotatoria, en lugar del fundido en hueco anterior.

Aunque en teoría esta medida reducía la carga de pólvora que podía emplearse, y por tanto el alcance efectivo, Gribeauval consiguió en la práctica aumentarlo mediante el empleo de balas perfectamente esféricas, mejor acabadas y calibradas. Asimismo, impuso el empleo de cargas de pólvora prefabricadas en cartuchos. Y sustituyó el sistema de cuñas por alzas de tornillo elevador en las cureñas, para apuntar con más precisión.

Gribeauval rediseñó, además, todos los vehículos indispensables en campaña (cureñas, avantrenes, armones, forjas de campaña, etc.) de acuerdo a un modelo básico, con sólo dos tamaños de ruedas intercambiables para todos y un rígido principio de intercambiabilidad de partes. El interior de los armones estaba compartimentado para los diferentes tipos de munición, junto con mechas, picos y palas, palancas, ruedas de repuesto, etcétera.

Hasta los últimos detalles fueron tenidos en cuenta para agilizar el servicio de los cañones. Se instala, por ejemplo, un pequeño cofre en la propia cureña, en el que cabían entre 9 y 18 cartuchos de bala para empleo inmediato. Esto permitía iniciar el fuego de artillería inmediatamente, sin esperar a que llegase el armón de municiones. Por último, se cambiaron también los tiros de caballos con nuevos sistemas de arneses que aumentaban el rendimiento pudiendo así reducir el número de animales por pieza, normalmente 6 caballos para una de a 8 libras.

Es en 1.800 cuando se militariza el tren de artillería, con lo que se independiza el tiro de los cañones del apoyo de civiles con los que había que negociar constantemente. En España no se introdujo hasta abril de 1813, ya hacia el final de la guerra contra Napoleón.

Las piezas de a 4 era el cañón más ligero de la potente artillería francesa, de la que Napoleón, antiguo oficial de artillería, estaba especialmente orgulloso. Esta pieza de 85mm de calibre, tenía una escuadra de seis artilleros. Los servidores seguían un proceso exacto para cargar, apuntar y disparar. Por esas fechas los cañones no tenían sistemas de amortiguación y era necesario emplazarlos de nuevo en batería después de cada disparo mediante cuerdas. Los pasos para disparar un cañón eran los siguientes:

  • Un servidor introducía una baqueta mojada en el ánima para apagar las partículas incandescentes dejadas por el último disparo.
  • Después, se colocaba una nueva carga con el atacador, se introducía el saquete de pólvora.
  • Se cebaba.
  • Se verificaba la puntería.
  • Se acercaba el botafuego al oído del cañón y se disparaba.

La organización de la artillería era la más urgente del ejército napoleónico, debido a que requería mucho más tiempo para estar lista que todas las otras armas del ejército. Siempre es la artillería en todas las guerras la que sostiene la formación del ejército.

Napoleón le dijo en una ocasión al mariscal Davoult, en mayo de 1811: “Usted debe tener tanta artillería como su enemigo, sobre la base de cuatro piezas por cada 1.000 infantes y jinetes. A mejor infantería, mayor la necesidad de protegerla y apoyarla con buenas baterías. La mayor

parte de la artillería debe estar con las divisiones de infantería y caballería, la porción más pequeña es la reserva. Cada pieza debe tener 300 proyectiles, sin contar las cajas pequeñas.

Ese es el gasto normal para las batallas. He ordenado que sus fuerzas de artillería destinadas en España se integren con 5 divisiones y esta compuesta como sigue:

  • Dos baterías de reserva, servidas por la artillería del fuerte, comprendiendo cada una dos obuses de gran alcance y seis cañones de 12 libras.
  • Cinco baterías de artillería a caballo (una por división), una de cada dos de obuses y 4 piezas de seis libras.
  • Cinco baterías de artillería de a pie, una de cada dos de obuses y seis piezas de 6 libras.
  • Dos baterías de artillería de a caballo por los coraceros.

Si usted tiene sólo seis piezas por cada división, eso no es suficiente. Necesita una docena. Uno hace la guerra con artillería. Nunca olvide que en la guerra toda la artillería debe de estar con el ejército y no en el parque.”


Figura montada y pintada por Juan Lozas

domingo, 13 de diciembre de 2009

Coracero Español. Argilaga 1812 (II)


Esta figura, de la marca El Viejo Dragón Miniaturas, ha sido modelada por Emilio Arredondo Sánchez. Pintada por Juan Lozas, representa un Coracero español de 1.811. Toma como referencia para la pintura, la imagen que aparece en el libro Uniformes Españoles de la Guerra de la Independencia de Jose María Bueno Carrera. Es un capitán en uniforme de gala con: Casaca roja, cuello y puños verdes; pantalón, forro, plumero y guantes blancos; festoneado de la coraza rojo con vivo blanco. En este caso las charreteras son de hilillo de plata, lo que le diferencia como oficial del resto de la tropa, en las que eran blancas.
Figura de la marca Viejo Dragón, montada y pintada por
 Juan Lozas

lunes, 7 de diciembre de 2009

Artillería Francesa en España (I)

Esta entrada va a centrarse en los equipos de artilleros que se pasearon con más o menos gloria por tierras españolas durante los años de la contienda, 1.808 a 1.814.

Desde las guerras revolucionarias, el uniforme de los artilleros a pie fue igual al de infantería: azul oscuro con distintivos escarlatas. Es a principios de 1.807 cuando se adopta el chacó, primero con bandas de galón rojo y galones laterales, y más tarde totalmente negro. Posteriormente se añadió el barboquejo de latón con una granada en cada roseta lateral. Tenía unos cordones, unas rosetas y una borla escarlatas. Al parecer las fundas protectoras se utilizaron por primera vez en la Guerra de Independencia, siendo oficialmente de hule negro.

Hubo distintos tipos de chalecos, algunos de ellos cruzados. Las polainas negras o grises, y en verano se usaban blancas no reglamentarias con el uniforme de gala.

En campaña se podían llevar pantalones de lino azules o blancos, que más tarde fueron grises o marrones. El gorro de forraje era azul con un ribete escarlata y la insignia de la granada. Los abrigos fueron reglamentarios desde 1.807, inicialmente de cualquier color, y azules desde 1.810.

Los uniformes de los oficiales eran iguales que los de la tropa pero con botones y charreteras doradas y grandas, también doradas, bordadas en las vueltas. El bicornio oficial tenía una presilla y borlas doradas. Este se convirtió en tocado de calle cuando se adopta el chacó en 1.807. El chacó tenía unos cordones, bandas de galón y unos galones laterales dorados, una placa también dorada y un penacho como el del bicornio. El barboquejo dorado se añadirá más tarde.

La espada con aplicaciones doradas se llevaba en una bandolera de cuero blanco, aunque se solía preferir un cinturón de cuero blanco o negro, y en campaña, los oficiales montados, llevaban un sable de caballería ligera que colgaba de un cinturón.

La artillería montada llevaba uniformes del mismo estilo que la caballería ligera. Desde 1.794 se utilizaba el nuevo uniforme de húsar, que consistía en un dormán azul oscuro con puños y ribetes escarlatas, un fajín azul oscuro con “canutillos” rojos, un colbac negro con un “ala”, cordones y penacho escarlatas. El dormán siguió siendo el uniforme oficial hasta 1.811, con una chaqueta de cazador azul oscuro de largos faldones, llevaba un chaleco azul oscuro. Los sobretodos azules de campaña tenían refuerzos de cuero negro y ribete escarlata.

El sable era de húsar de An IV, con empuñadura de latón en forma de estribo y una vaina de cuero con accesorios de latón.

Los oficiales utilizaban el uniforme de húsar con galón dorado y cinco hileras de botones dorados, y galones dorados que indicaban su rango en los puños. El fajín eraazul con “canutillos”dorados. Llevaban a menudo una pelliza azul con galón dorado, y los pantalones de montar tenían adornos en forma de dardos en los muslos. Las botas húsares tenían borlas y galón dorados y ribete de piel gris o marrón.

Son muchas las referencias que en plástico escala 1:72 podemos encontrar que recogen figuras de la artillería francesa de la época. En esta ocasión podemos hacer referencia a la marca Revell con la Artillería a caballo de la Guardia o a Italery con Artillería a caballo de la Guardia, una posición de artillería francesa y tren de artillería.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Coracero español 1.811 (I)

Vicente Alonso, uniformólogo y diplomado en Heráldica Militar y Vexilología, en la ponencia que impartió en Palma con motivo del bicentenario del conflicto explica que, la primera división de coraceros del país nació, cuando los españoles derrotaron a los franceses en Tarragona en 1809 y se apropiaron de las corazas de los cadáveres del
ejército enemigo.
Fue accidental y de hecho testimonial la aparición de los Coraceros Españoles. Se crean en Reus el 24 de mayo de 1.810, dotando de corazas a la 1ª Compañía de Húsares de Granada, según órdenes del general O'Donnell, conde de Bisbal. Estas corazas procedían del aniquilamiento en Mollet del Vallés el 22 de enero de 1.810 del escuadrón del Regimiento Provisional francés nº3 (formado en 1.808 en Poitiers) y que hizo la campaña hasta su final en España, adscrito a la columna de Lluhesme, gobernador militar de Barcelona. Contó con una fuerza total de 360 sables.
Luhesme salió de esta ciudad el 16 de Enero a la espera del Mariscal Augereau. El General Juan Henestrosa, nombrado por la Junta Central para sustituir a Blake y al marqués de Portago, envió desde Tarrasa a la columna, unos 4000 hombres, del marqués de Campoverde, que reforzado por la división Porta, procedente de San Feliu de Codinas, atacaron, apoyados por los dragones de Numancia, al 7º de línea y a los citados coraceros, mandados por el Coronel Guéry, salvándose muy pocos, y gracias a la columna de socorro enviada por el duque de Castiglione, y mandada por el coronel Ordonneau que desde San Celoni, apoyó al 5º Ligero italiano, que resistió bravamente en Granollers.
Se organizan en dos escuadrones de tres compañías al mando del Coronel D. Juan Malat. Su uniforme consistía en: casaca roja, cuello y puños verdes. Pantalón, forro, charreteras, plumero y guantes blancos. Festoneado de la coraza rojo con vivos blancos. El uniforme de los oficiales era idéntico a los de la tropa cambiando las charreteras de hilo blanco por hilillo de plata.
Los Coraceros españoles participan, desde entonces -dentro del 11 ejército- en numerosas acciones: Argilaga (24-1-1812) atacando a un convoy francés que llevaba prisioneros españoles,
tras la acción de La Riera, en la que intervinieron "Los Leales Manresanos" del coronel Fleires y el coronel Villamil, con las compañías de élite Fernando VII, Ausona y Tiradores de Busa; combate de Ferrán, Campo de Tarragona y La Canonja, Molins del Rey, San Feliú (carga de los coraceros y Húsares de San Narciso) al mando de Luis Llecreft, combates de Omellons y San Martín de Malda, combate de El Congost, etc.
Al finalizar la Guerra de Independencia, los Coraceros españoles conformaban un escuadrón con 210 hombres y 183 caballos.

En la actualidad, contamos con el Regimiento de Coraceros La Coruña, que nos dan la posibilidad de disfrutar en recreaciones actuales de una caballería escasa, por no decir excepcional, en aquella época dentro del ejército español.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Los Lanceros de Napoleón

El regimiento de Caballería Ligera Polaca de la Guardia fue creado el 16 de abril de 1.806, con jóvenes de la pequeña nobleza polaca, y puesta al mando de Vincent Corvin Krasinski, un destacado oficial que ascendió a coronel mayor. UN regimiento de caballería organizado en cuatro

escuadrones de a dos compañías, comprendiendo un total de 120 hombres por compañía. Desde su acuartelamiento en el castillo de Chantilly la Caballería Ligera Polaca de la Guardia fue enviada inmediatamente a España, acompañando al Mariscal Murat. De las cuatro compañías una de ellas queda en Bayona para formar parte de la escolta que acompañara a José Bonaparte. El Dos de Mayo de 1808 lucharon en Madrid. Krasinski, que resultó herido en Madrid fue nombrado oficial de la Legión de Honor. Participaron el 14 de julio de 1.808 en la batalla de Medina de Rioseco y en la batalla donde asombrarían al propio Napoleón el 30 de noviembre del mismo año en Somosierra. El joven teniente Niegolewski es condecorado con la Legión de Honor en el propio campo de batalla tras recibir varios bayonetazos y disparos.

El 1 de diciembre de 1.808, en Buitrago, el Emperador concederá al regimiento la consideración de formar parte de la Vieja Guardia: “Vosotros sois dignos de mi Vieja Guardia. Honor a los bravos de entre los bravos”.

Al año siguiente participaron en la batalla de Wragam (5 y 6 de julio de 1.809), derrotando a los ulanos de Schwarzenberg; Krasinski fue herido por segunda vez. A pesar de las lanzas de los austriacos no habían evitado su derrota. Napoleón decidió incluir esta arma en la caballería francesa, tras la demostración del teniente Roman ante tres dragones de la Guardia. Su caballería ligera se convirtió en una unidad de lanceros, de modo que a mediados de enero de 1.809, el regimiento pasó a denominarse Lanceros Polacos de la Caballería Ligera de la Guardia Imperial. En junio de 1.811, Krasinski fue nombrado comandante de la Legión de Honor, y el regimiento recibió el estandarte que lo establecía como primer regimiento de lanceros de la Caballería Ligera de la Guardia Imperial. Un año más tarde, el regimiento tuvo un papel muy destacado en la batalla de Moscova.

Los lanceros polacos de la Guardia vistieron siempre el uniforme típico de su país, formado por un chacó rematado por un pabellón cuadrado o czapska, una guerrera corta o kurtka, pantalones azules rectos y botas cortas.

La visera y la parte inferior de la czapska eran negras, la parte central plateada y el pabellón superior rojo. Estaba adornada con una serie de cordones, plateados en los oficiales y blancos en la tropa. La pluma o cucarda era blanca y se sujetaba mediante una escarapela tricolor, sobre la cual se colocaba una Cruz de Malta plateada. Estos adornos solo se usaban en desfiles. Para las marchas la czapska se cubría con una funda encerada de color negro.

La kurtka era azul, con peto, cuello, puños y vueltas rojos. Los oficiales llevaban un vivo plateado en peto, puños, cuello y vueltas, que era blanco en la tropa. Las hombreras y las forrajeras eran grises en los oficiales y blancas en la tropa. Los pantalones eran azules con un vivo lateral plateado. Los oficiales cubrían el cinturón con un fajín de seda y plata en los desfiles.

El armamento de los lanceros de la Guardia Imperial estaba compuesto por sable, pistola, carabina y lanza con banderola de dos colores, rojo y blanco.

El 2º Regimiento se creó el 13 de septiembre de 1.810, a partir de los húsares de la guardia holandesa del rey Luis. El 3er Regimiento fue creado en Lituania en el 1.812, siendo totalmente destruido en la campaña de Rusia. Los componentes del 2º Regimiento de Lanceros eran conocidos popularmente como lanceros rojos, debido al color de su uniforme. Inicialmente, el regimiento estaba compuesto por 58 oficiales y 881 soldados, en cuatro escuadrones. Un nuevo escuadrón fue añadido en 1.811, aumentando los efectivos en 1.406 soldados, incluidos 58 vélites.

Un decreto de enero de 1.813 reorganizó el regimiento, creando ocho regimientos de 250 hombres cada uno. Dos nuevos escuadrones se crearon en febrero y marzo, los cinco escuadrones originales pasaron a formar parte de la Vieja Guardia.

Durante la primera restauración, en 1.814, los escuadrones de la Vieja Guardia formaron el Cuerpo Real de Lanceros de la caballería ligera de Francia. Los escuadrones de la Joven Guardia fueron disueltos. Durante los Cien Días, el regimiento incorporó al único regimiento de lanceros que permanecía aún en Francia.

La uniformidad de los lanceros holandeses o lanceros rojos era similar a la de los lanceros polacos, formado por el czapska, kurtka, pantalones rojos y botas cortas.

La visera y la parte inferior de la czapska eran negras, la parte central plateada y el pabellón superior rojo. Estaba adornada con una serie de cordones, dorados en caso de los oficiales y amarillos en la tropa. La pluma era blanca y se sujetaba mediante una escarapela tricolor. Estos

adornos solo se usaban en desfiles. Para las marchas la czapska se cubría con una funda encerada de color negro.

La kurtka era roja, con peto, cuello, puños y vueltas azules. Los oficiales llevaban un vivo dorado en peto, puños, cuello y vueltas, que era blanco en la tropa. Las hombreras y las forrajeras eran doradas en los oficiales y amarillas en la tropa. Los pantalones eran rojos con un vivo lateral azul. Los oficiales cubrían el cinturón con un fajín de seda y oro en los desfiles.

El armamento de los lanceros de la Guardia Imperial estaba compuesto por sable, pistola, carabina y lanza con llama de dos colores, rojo y blanco.

Colección Guerras Napoleónicas de RBA Editores

jueves, 12 de noviembre de 2009

Batalla de Somosierra


La batalla tuvo lugar el 30 de Noviembre de 1.808 en el puerto de Somosierra, en la sierra madrileña de Guadarrama.

Tras la batalla de Gamonal con el posterior saqueo de Burgos, el avance de Napoleón hacia Madrid se encontró con el bloqueo de unos 9.000 españoles bajo el mando del General San Juan en el valle de Somosierra. Éste era el único paso seguro a través de la cadena montañosa del Sistema Central que las fuerzas invasoras debían atravesar para llegar a Madrid. A lo largo de un camino ascendente habían sido situadas cuatro baterías de cuatro cañones cada una para batir a la infantería francesa durante el penoso ascenso hacia el puerto de montaña.

La división de infantería del general Ruffin intentó despejar a los españoles de las cimas que vigilaban el puerto, pero fracasó. Al día siguiente, Napoleón ordenó que se reforzará a Ruffin y se reanudaron los ataques, pero el avance era lento.

Puesto que la fuerza española no podía ser flanqueada, y dado que Napoleón estaba impaciente por proseguir su avance hacia Madrid, aún más tras las malas noticias del general Hippolyte Piré y de Ruffin, se dirigió al coronel Jan Kozietulski, comandante de su escuadrón escolta polaco y señalándole el puerto de Somosierra le ordenó: "¡Tome esa posición, al galope!

Jan Kozietulski espetó: "¡Adelante hijos de perra, el Emperador está observando!". En esto, los 120 jinetes gritaron: "Vive l'Empereur!" y cargaron contra las posiciones españolas y sus posiciones fortificadas de artillería.

La caballería ligera, deseosa de demostrar su valía ante el emperador, se lanzó a la carga a través de la niebla por un camino ascendente de fuerte pendiente. A pesar de la pérdida de dos tercios de los jinetes polacos, éstos consiguieron que los españoles perdieran su posición defensiva y les

obligaron a retirarse del paso.

La noche siguiente, Buitrago se convertiría en el cuartel general del ejército francés. El propio Napoleón se hospedó en esta localidad.

Esta carga que la caballería polaca llevó a cabo aquel día hizo que el propio Emperador impusiera al oficial al mando de la misma, la Orden de la Legión de Honor en el mismo escenario del combate, e incluso hoy el lugar de la batalla es recordado con una placa conmemorativa colocada por la República de Polonia y por otra placa que recuerda a todos los caídos en esta batalla, españoles y polacos, en la ermita que hoy se levanta en el lugar donde concluyó la batalla.


lunes, 9 de noviembre de 2009

III Recreación Batalla Gamonal '09

Hemos tenido la posibilidad de asistir a la III Recreación de la Batalla de Gamonal o de Burgos. Aunque el sábado parecía peligrar la recreación, debido a unas condiciones climáticas adversas, el domingo salió el sol, que no el calor, y en el parque de las Fuentes Blancas, en el entorno del paraje de Fuente Prior se llevó a cabo una interesante recreación de la batalla de Gamonal.

Ya el día anterior, se realizaron parte de las actividades programadas: recuerdo a los caídos en la batalla, con ofrenda floral y escaramuzas en la zona vieja de Gamonal. Gracias a los vecinos que participaron activamente como a la asociación de comerciantes de la Zona G, hemos disfrutado de la recreación histórica de esta época trasladada hasta nuestros días.

También se realizó una exposición de armas de la época.


miércoles, 28 de octubre de 2009

Recreación de Batalla de Gamonal

Haciéndome eco de la noticia que aparece en activaburgos.com, os propongo la visita a Burgos los próximos días 6, 7 y 8 de Noviembre, para que podáis disfrutar de una nueva recreación, ya la tercera, de la batalla de Gamonal.
Esta batalla se sitúa en el momento en el que Napoleón decide dirigir sus ejércitos en España, tras haber visto huir
a su hermano José, tras la derrota de Bailén. Es el 6 de noviembre de 1808 cuando comienzan a llegar noticias del regreso de las tropas francesas. Su intención acampar en Gamonal, la Cartuja y el Castillo, camino a Madrid. Si ya estas noticias hicieron salir de la ciudad a muchas familias, su temor se vio corroborado cuando conocen la victoria de Napoleón en Espinosa de los Monteros la madrugada del 8 de noviembre. Esto le permite concentrar 70.000 hombres a lo largo de la ruta. Todos con experiencia de batalla en media Europa y dirigidos por los Mariscales Soult, Ney y
Bessières. El 9 de noviembre que el ejército francés había salido de Briviesca y se dirigía a Monasterio para lograr acampar entre Gamonal y Villafría. Detrás de su ejército, Napoleón. En
frente y para intentar frenar el avance francés, y solicitando el apoyo de paisanos armados, llegaba a la ciudad el ejército de Extremadura. Este ejército estaba compuesto de unos 18.000 hombres al mando de Belveder, bastante inexperto pero que había sido nombrado por la Junta Central para reemplazar a José Galluzo

El 10 de noviembre de 1808 empezó la Batalla de Gamonal, entre las fuerzas de Belveder y las de Napoleón compuestos por unos 60.000 soldados. La acción empezó de madrugada, en cuanto las avanzadas de Soult llegaron a Monasterio y duró hasta las once de la mañana, lo que supone una victoria costosa. El mariscal Soult envió a la caballería de Lasalle que avanzó desde Villafría contra las posiciones españolas, situadas entre el bosque de Gamonal y el Arlanzón, mientras la
infantería de Mouton atacaba dicho bosque. Pronto el empuje francés causó el desbaratamiento de las tropas bisoñas españolas, únicamente un batallón de guardias Valonas, compuesto por 300 veteranos, bajo el mando de Vicente Genaro de Quesada se mantuvo firme hasta desaparecer. Todos abandonaron sus posiciones y se retiraron en desorden, de modo que los vencidos, perseguidos por los vencedores, se precipitaron en Burgos con gran ímpetu. La caballería de Soult y la de Lasalle persiguieron a los españoles por todo el camino de Gamonal. Según la versión dramatizada de Anselmo Salvá, murieron 2.000 españoles en la batalla y en la huida. Lasalle dio licencia a la tropas para ejecutar un saqueo general por dos días y mandó pegar fuego a la ciudad por tres partes; barrio de Vega, Plaza de la Verdura y Tesorería.

"La Asociación de Comerciantes de Gamonal Zona G presenta hoy el trailer en vídeo de la batalla de Gamonal.


Un avance audiovisual de lo que será la representación de la histórica batalla para este año 2009 que tendrá lugar los días 7 y 8 de Noviembre.
Se trata de la 3ª representación Batalla de Gamonal 1808-2009. Cientos de extras se darán cita el segundo fin de semana de noviembre en una recreación que promete superar las expectativas de años pasados y que ya se ha consagrado dentro del panorama nacional."
www.activaburgos.com

viernes, 23 de octubre de 2009

Capitán General Francisco Javier Castaños Aragorri

"Vi por primera vez al general Castaños cuando nos pasó revista. Parecía tener 50 años y, por cierto, me causó sorpresa su rostro, pues yo me lo figuraba con semblante serio y ceñudo, según mi entender debía tenerlo todo general en jefe puesto al frente de tan valientes tropas. Muy al contrario, la cara del general Castaños no causaba espanto a nadie, aunque sí respeto, pues los chascarrillos y las ingeniosas ocurrencias que le eran propias las guardaba para las intimidades de su tienda (...)".

Así describe el personaje principal de Benito Pérez Galdós, Gabriel, en “Episodios Nacionales” al General Castaños. Este famoso General, nació en Madrid el 23 de abril de 1.758, en una familia acomodada que disfrutaba del favor de Carlos III. A la edad de 10 años es nombrado por el propio Rey, capitán de infantería, en recompensa a los servicios prestados por su padre. Para convalidar este nombramiento, estudia en el Seminario de Nobles de Madrid y en la Academia de Matemáticas de Barcelona.

En 1.774 se incorporó al Regimiento de Línea de Saboya como Capitán de Granaderos. Es entre 1.780 y 1.783 tras participar en el sitio de Gibraltar y en la toma de Menorca, cuando es ascendido a teniente coronel. Su ascenso a coronel llega en las defensas de Orán y Ceuta, en 1.791, siendo así como recibe el mando del Regimiento de África.

Es con este regimiento con el que participa en la guerra contra la Convención francesa en los Pirineos occidentales. Su heroica defensa de San Marcial, donde resultó gravemente herido, le valió el ascenso a Brigadier en octubre de 1.793, terminando la guerra con el empleo de Mariscal de Campo, obtenido en febrero de 1.795.

En agosto de 1.800 contribuyó a rechazar con las fuerzas a sus órdenes el desembarco de los ingleses en las cercanías de El Ferrol. En octubre de 1.802 fue ascendido a teniente general.

En 1.808 Castaños estaba destinado desempeñando la comandancia del Campo de San Roque en Gibraltar. Esta comandancia le da la posibilidad perfecta para mantener contactos secretos, ya desde el mes de abril, con el gobernador británico de Gibraltar, sir Hew Dalrymple, a quien solicitaba ayuda militar y económica en el caso de un conflicto abierto contra los franceses.

El 26 de mayo recibió un mensaje de la Junta de Sevilla para unirse al alzamiento, cosa que hizo inmediatamente poniéndose él y a sus 9.000 hombres a la órdenes de esta. La Junta le nombró general en jefe de un improvisado ejército que se encuadró e instruyó en pocas semanas con tropas regulares y voluntarias. Con este ejército, el Ejército de Andalucía, logró derrotar al General Dupont en la batalla de Bailén el 19 de julio de 1.808, convirtiéndose de este modo en el primer general europeo que lograba vencer a un ejército de Napoleón.

Su participación en la batalla de una población andaluza, desconocida por toda Europa, queda en muchos análisis relegado a la presión que ejerció a las espaldas de Dupont camino de Bailén. Unos cañonazos fueron suficientes para que Dupont se reconociera vencido. Cierto es, que fue Reding quien mantuvo a raya a los franceses durante el día. Tan cierto como que Vedel andaba por Despeñaperros, no se sabe bien haciendo qué. Igual de verdadero que el hecho de que fue esto lo que dio tiempo a que el ejército comandado por Castaños, como en otras muchas batallas, ejerciera la presión de los refuerzos tras una batalla condicionada por el calor y la sed. Pero en muchas batallas anteriores a la de Bailén y posteriores a la misma, son las llegadas de otros las que desnivelan la balanza de fuerzas y otorgan la victoria.

Hay que decir también, que es injusto que la historia regale a Castaños toda la fama de los vencedores, olvidándose de compartirla con Reding o Coupigny, sin embargo, aquella gran victoria, obligó al rey intruso José evacuar Madrid y retroceder con sus tropas hasta la línea de río Ebro. Castaños recibe el empleo de Capitán General.

Muchos malos tragos le quedaban por tomar al Capitán General victorioso. Ese mismo año, en noviembre, es derrotado en Tudela, replegándose hacia Guadalajara en condiciones lamentables. No es hasta la muerte del Marqués de la Romana, en 1.811, cuando toma el mando del V Ejército de Extremadura. Toma la plaza de Olivenza y sitia Badajoz, a cuya ayuda acude el Mariscal Soult. El 16 de mayo de 1.811 Soult debe retirarse hacia Andalucía tras enfrentarse a los aliados en la batalla de la Albuera, pero Badajoz no cae en manos de los aliados y deben abandonar su empeño con la llegada del Mariscal Marmot.

En 1.812, se hace cargo de los ejércitos 6º y 7º, refundiéndolos en el 4º. Termina la guerra participando en los sitios de Astorga y las campañas de Arapiles y Vitoria. Batallas que darían como fruto la expulsión del ejército francés, comandado en la huída por José I. Al término de la guerra es nombrado Consejero de Estado.

No morirá hasta el 24 de septiembre de 1.852, con lo que todavía tendría historia que contar.

Pero, eso ya, es otra historia.

Algo de humor:
En el blog Curistoria de Manuel J.Prieto hace referencia a dos anécdotas que definen el humor de
este hombre tan serio para la historia. La primera ocurre cuando el General Castaños recibió al vencido General Dupont. Este le hizo entrega de su espada añadiendo: "Os entrego esta espada, vencedora en cien batallas". A lo que Castaños respondió: "Pues yo es la primera batalla que gano".
En otra ocasión, el General Castaños por Navidad fue a una recepción con el Rey en palacio. Y a pesar de ser un día de diciembre, con el rigor térmico que esto conlleva, el General se vistió con el uniforme de verano. El Rey Fernando VII al verle así le preguntó cómo llevaba uniforme de verano con el frío que hacía, Castaños respondió: "Acabo de cobrar la paga de verano".

sábado, 17 de octubre de 2009

Uniformes Españoles de la Guerra de Independencia

Cualquier aficionado a la reproducción o pintura de figuras militares de la época que nos ocupa, la Guerra de Independencia, debe contar entre sus libros de referencia básica, este ejemplar que no hace falta ni recomendar. Un libro con el título Uniformes de la Guerra de la Independencia, de José María Bueno Carrera, editado por Aldaba Ediciones en 1.989. En sus 187 páginas recoge 71 láminas a color de los uniformes que se usaron por tropas regulares o guerrilleros desde 1.808 a 1.814. Se ocupa de presentar desde los regimientos de infantería de línea, hasta los vistosos uniformes del Estado Mayor del ejército.
En definitiva, un manual muy útil para cualquiera e imprescindible para aquellos que se dedican a la pintura de miniaturas de la época.

sábado, 10 de octubre de 2009

Acción de Sepúlveda. (1.808)


Oficial de Caballería de Línea del Rgto. de Montesa. Acción de Sepúlveda. (1.808)
El 28 de noviembre, frente a Sepúlveda (Segovia), el Brigadier español Sardigne despliega sus fuerzas y espera el ataque, apoyado en el cauce del río Duratón.
Savary, antes de llegar al río establece contacto con la infantería española al Este de Sepúlveda, todavía en la orilla derecha del Duratón. Los fusileros imperiales comenzaron el único combate real en el que participaría la Guardia Imperial de Napoleón. Las avanzadas españolas cedieron terreno cruzando a la otra orilla del río. Aunque al principio la superioridad numérica de los franceses era más que notable, es a partir de aquí cuando empieza a cambiar la situación. El barranco era abrupto y la fuerza española que se encontraron de unos 4.000 hombres apoyados por cañones se impone a los 2.400 fusileros de Savary. Ante el fracaso la infantería de Lasalle junto a la caballería ataca el lado derecho español. Los escuadrones de Alcántara, Montesa y los Carabineros Reales son arrollados por Cazadores y Dragones, y toda la caballería francesa entra en la meseta por la vertiente Sur. La infantería española se ve superada y el momento es crítico. Sardigne se retira hacia Sepúlveda. Contrarrestada la superioridad de la caballería y con una infantería insuficiente para intentar el asalto de la ciudad. Solo unos tiroteos son la despedida de las fuerzas francesas que se ven obligadas a retirarse. Savary y Lasalle informan a Napoleón de su fracaso y de las bajas imperiales a las 10:00 a.m.
Esta acción supone el retraso del avance de Napoleón hacia Madrid. De hecho, algunos de los prisioneros capturados por las fuerzas imperiales dan cuenta de las fuerzas que le esperan en Somosierra.
Uno de los Regimientos que aparece en esta acción es el de Caballería de línea Regimiento de Montesa. Este regimiento se encuentra dividido entre Portugal y Málaga. Cuando estalla la Guerra de Independencia, el batallón que había participado en la expedición de Portugal se une al Ejército de Galicia y posteriormente se fusiona con el de Algarbe. Mientras, el resto, destinado en Málaga, se une al ejército de Andalucía del General Castaños contribuyendo a la victoria de Bailén.
El batallón que había participado en la expedición a Portugal interviene en el socorro de Valenza do Miño y batallas de Lugo Tamales, Carpio y Alba de Tormes.
El resto de la unidad participa en las batallas de Mejibar, Bailén, Somosierra, Almoacid, Castilla, Ocaña y Medina de Rioseco. Sitio de Toledo. Acciones de Andujar, Aranjuez, Sepúlveda, Baza, Guadix, Huercal Overa, Caravaca, Tecla, puentes de Alcaraz y del Arzobispo.
La uniformidad está compuesta de un bicornio negro de vivo y botón plata con escarapela roja. Guerrera azul; pechera blanca, vivos, cuello y vueltas rojas. Botones plata. Escudo del cuello plata. Guantes y manoplas blancos. Calzón de ante claro.
La montura cuenta con manta y pistoleras azules, vivos de hilo de lata y metales dorados.

La figura, de la marca Miniaturas Escuadrón, ha sido montada y pintada por Juan Lozas

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