martes, 29 de diciembre de 2009

XXVII Exposición de Navidad de miniaturas militares



Como todos los años y sin perder las buenas costumbres, tras felicitar la Navidad a familiares, amigos y vecinos, comer polvorones, brindar con cava; a todos los que nos gusta esto de la miniatura tenemos algo más con lo que cumplir: la exposición que la Asociación de Miniaturistas Dos de Mayo realiza en el Museo de la Ciudad de Madrid. Desde el 15 de diciembre de 2009 al 17 de enero estará expuesta la "XXVIII Exposición de Navidad de miniaturas militares. El Ejército de Alfonso XIII. Año 1909". Aunque este año está dedicado al ejército de Alfonso XIII, ejército que no nos ocupa en este blog, siempre hay una nutrida representación de miniaturas napoleónicas y nunca faltan aquellas de las que si tratamos en este blog.
Otros años he podido hacer fotos, pero este no me lo han permitido. Así que, no es posible que os ofrezca esas maravillas. Lo que sí es posible, es presentaros mis adquisiciones a pie de exposición.
La primera, y como no podía ser de otra manera, el Capitán Pedro Velarde y Santillán.
Realizada por Mario Ocaña Carreño, es

una figura utilizada, por posición, gesto y uniforme, en los dioramas que recogen la resistencia en la puerta del Parque de Monteleón aquel Dos de Mayo de 1.808.
La segunda, por su singularidad, un componente del Batallón de Voluntarios Almogávares de 1.810. Una figura realizada por José Hidalgo, recoge una miniatura y un batallón, que por lo menos yo desconocía por completo. Otro ejemplo de la calidad de esta Asociación en cuanto a innovación en miniaturas de esta época.
Ambas vienen acompañadas por sus cuadros de colores y algo de la historia del batallón.
Es muy recomendable, es gratis y además si tienes niños pueden ver un gran Belén en la planta baja. Vamos, que si estás en Madrid y tienes tiempo hay que ir.
Por último,
FELIZ NAVIDAD A TODOS Y TODAS y DESEAROS UN MUY BUEN AÑO 2.010

jueves, 24 de diciembre de 2009

Cañón de 8 libras y oficial de artillería

Tanto la pieza de artillería como el oficial que aparecen en el escenario pertenecen a la artillería de línea a pie de las divisiones 2ª de Donzelot y la 3ª de Marcognet. Las dos bajo el mando de D’Erlon. Este había combatido en Fuentes de Oñoro, Vitoria y los Pirineos en la Guerra de la Independencia. En la batalla de Vitoria, el conde D'Erlon, comandaba la segunda línea compuesta por dos divisiones del Ejército del Centro (Armée du Centre), en una posición a ambos lados del Camino Real enfrente del pueblo de Gomecha.

En este diorama el oficial de artillería ni si quiera ha cambiado de orientación su bicornio. Todavía lo mantiene en posición de columna, con lo que se quiere reflejar la situación de urgencia por la que está pasando.

Usa dos pistolas del modelo An XI, con llave de chispa a la francesa, caja entera de nogal y culata reforzada como armas. Algo también inusual y no reglamentario, pero muy útil para defenderse en una situación apurada, más si cabe si en frente podemos imaginar una carga de caballería. Su espada no es tampoco la reglamentaria de 1.806, sino la antigua espada del periodo Consular.

En cuanto a la pieza de a 8 es la pieza fundamental de la artillería francesa de línea, un arma funcional y muy robusta. Con un tubo de 2 metros de largo (79 pulgadas) y un peso de más de media tonelada (1.286 libras), obtenía un alcance de máximo tiro de 1,4 kms y un alcance eficaz de 730 metros, iban acompañadas de tres armones con 213 proyectiles por arma.

Colección "Escenarios de Artillería" de Planeta DeAgostini

sábado, 19 de diciembre de 2009

Artillería a Caballo de la Guardia


La artillería a caballo de la Guardia vestía uniforme de húsar, cuyas prendas características eran el colbac, la pelliza y las botas de montar a la húngara. En 1.810, el uniforme de gala constaba de colbac con banderola escarlata y pluma roja; dolman, pelliza con botones dorados unidos por alamares rojos; fajín azul con franjas verticales rojas y pantalón azul oscuro y botas cortas negras, ribeteadas de
rojo. Todos los adornos del uniforme de la tropa eran rojos. En el uniforme de campaña no vestía pelliza. El colbac podía ser sustituido por un chacó negro, ribeteado de rojo y con pluma y cordones del mismo color. Los oficiales vestían uniforme similar al de la tropa, con toda la pasamanería dorada. Un elemento distintivo de las unidades a caballo era la cartera portaplanos. El sable, curvado de caballería; con vaina, empuñadura y guardamano dorado.

En el caso de los corneta el uniforme de gala estaba compuesto por un colbac blanco con pluma azul rematada en blanco y banderola roja, dolman y pantalones en azul celeste, como el uniforme. Los alamares del dolman y al pelliza son azules y dorados. El caballo es reglamentariamente blanco.




Colección Guerras Napoleónicas de RBA Editores

lunes, 14 de diciembre de 2009

Artillería Francesa en España (II)


La artillería napoleónica fue la espina dorsal del ejército francés. Los cañones franceses se usaban en baterías en masa para debilitar las formaciones enemigas antes de que la infantería o la caballería se lanzara al ataque.

En 1776 Jean-Baptiste Vaquette de Gribeauval logró que se aprobara su reforma de la artillería francesa:

Lo primero que hizo fue dividir la Artillería francesa en cuatro categorías: de costa, de plaza, de asedio y de campaña. La Artillería de campaña fue su objetivo principal en cuanto a mejoras se refieren, estandarizando todo lo que tenía que ver con el Arma.

Redujo el número de cañones de campaña a sólo tres tipos: de 4, 8 y 12 libras. Los obuses, de tubo más corto, pensado para un tiro curvo, fueron también simplificados en dos modelos: 6 y 8 libras.

Además, las cureñas se mejoraron, con gualderas (piezas laterales verticales) sustancialmente aligeradas. Aún así, el cañón de campaña francés de 12 libras pesaba, completo, unas dos toneladas. Las ruedas aumentaron, pues, su diámetro para un mejor comportamiento en terreno irregular y los avantrenes se simplificaron y aligeraron. Además, redujo la longitud de las ánimas y el grosor de los tubos, ahorrando hasta la mitad de peso; aprovechó para ello las nuevas técnicas que permitían fundir los cañones como un bloque macizo en el que luego se vaciaba el ánima mediante una perforadora rotatoria, en lugar del fundido en hueco anterior.

Aunque en teoría esta medida reducía la carga de pólvora que podía emplearse, y por tanto el alcance efectivo, Gribeauval consiguió en la práctica aumentarlo mediante el empleo de balas perfectamente esféricas, mejor acabadas y calibradas. Asimismo, impuso el empleo de cargas de pólvora prefabricadas en cartuchos. Y sustituyó el sistema de cuñas por alzas de tornillo elevador en las cureñas, para apuntar con más precisión.

Gribeauval rediseñó, además, todos los vehículos indispensables en campaña (cureñas, avantrenes, armones, forjas de campaña, etc.) de acuerdo a un modelo básico, con sólo dos tamaños de ruedas intercambiables para todos y un rígido principio de intercambiabilidad de partes. El interior de los armones estaba compartimentado para los diferentes tipos de munición, junto con mechas, picos y palas, palancas, ruedas de repuesto, etcétera.

Hasta los últimos detalles fueron tenidos en cuenta para agilizar el servicio de los cañones. Se instala, por ejemplo, un pequeño cofre en la propia cureña, en el que cabían entre 9 y 18 cartuchos de bala para empleo inmediato. Esto permitía iniciar el fuego de artillería inmediatamente, sin esperar a que llegase el armón de municiones. Por último, se cambiaron también los tiros de caballos con nuevos sistemas de arneses que aumentaban el rendimiento pudiendo así reducir el número de animales por pieza, normalmente 6 caballos para una de a 8 libras.

Es en 1.800 cuando se militariza el tren de artillería, con lo que se independiza el tiro de los cañones del apoyo de civiles con los que había que negociar constantemente. En España no se introdujo hasta abril de 1813, ya hacia el final de la guerra contra Napoleón.

Las piezas de a 4 era el cañón más ligero de la potente artillería francesa, de la que Napoleón, antiguo oficial de artillería, estaba especialmente orgulloso. Esta pieza de 85mm de calibre, tenía una escuadra de seis artilleros. Los servidores seguían un proceso exacto para cargar, apuntar y disparar. Por esas fechas los cañones no tenían sistemas de amortiguación y era necesario emplazarlos de nuevo en batería después de cada disparo mediante cuerdas. Los pasos para disparar un cañón eran los siguientes:

  • Un servidor introducía una baqueta mojada en el ánima para apagar las partículas incandescentes dejadas por el último disparo.
  • Después, se colocaba una nueva carga con el atacador, se introducía el saquete de pólvora.
  • Se cebaba.
  • Se verificaba la puntería.
  • Se acercaba el botafuego al oído del cañón y se disparaba.

La organización de la artillería era la más urgente del ejército napoleónico, debido a que requería mucho más tiempo para estar lista que todas las otras armas del ejército. Siempre es la artillería en todas las guerras la que sostiene la formación del ejército.

Napoleón le dijo en una ocasión al mariscal Davoult, en mayo de 1811: “Usted debe tener tanta artillería como su enemigo, sobre la base de cuatro piezas por cada 1.000 infantes y jinetes. A mejor infantería, mayor la necesidad de protegerla y apoyarla con buenas baterías. La mayor

parte de la artillería debe estar con las divisiones de infantería y caballería, la porción más pequeña es la reserva. Cada pieza debe tener 300 proyectiles, sin contar las cajas pequeñas.

Ese es el gasto normal para las batallas. He ordenado que sus fuerzas de artillería destinadas en España se integren con 5 divisiones y esta compuesta como sigue:

  • Dos baterías de reserva, servidas por la artillería del fuerte, comprendiendo cada una dos obuses de gran alcance y seis cañones de 12 libras.
  • Cinco baterías de artillería a caballo (una por división), una de cada dos de obuses y 4 piezas de seis libras.
  • Cinco baterías de artillería de a pie, una de cada dos de obuses y seis piezas de 6 libras.
  • Dos baterías de artillería de a caballo por los coraceros.

Si usted tiene sólo seis piezas por cada división, eso no es suficiente. Necesita una docena. Uno hace la guerra con artillería. Nunca olvide que en la guerra toda la artillería debe de estar con el ejército y no en el parque.”


Figura montada y pintada por Juan Lozas

domingo, 13 de diciembre de 2009

Coracero Español. Argilaga 1812 (II)


Esta figura, de la marca El Viejo Dragón Miniaturas, ha sido modelada por Emilio Arredondo Sánchez. Pintada por Juan Lozas, representa un Coracero español de 1.811. Toma como referencia para la pintura, la imagen que aparece en el libro Uniformes Españoles de la Guerra de la Independencia de Jose María Bueno Carrera. Es un capitán en uniforme de gala con: Casaca roja, cuello y puños verdes; pantalón, forro, plumero y guantes blancos; festoneado de la coraza rojo con vivo blanco. En este caso las charreteras son de hilillo de plata, lo que le diferencia como oficial del resto de la tropa, en las que eran blancas.
Figura de la marca Viejo Dragón, montada y pintada por
 Juan Lozas

lunes, 7 de diciembre de 2009

Artillería Francesa en España (I)

Esta entrada va a centrarse en los equipos de artilleros que se pasearon con más o menos gloria por tierras españolas durante los años de la contienda, 1.808 a 1.814.

Desde las guerras revolucionarias, el uniforme de los artilleros a pie fue igual al de infantería: azul oscuro con distintivos escarlatas. Es a principios de 1.807 cuando se adopta el chacó, primero con bandas de galón rojo y galones laterales, y más tarde totalmente negro. Posteriormente se añadió el barboquejo de latón con una granada en cada roseta lateral. Tenía unos cordones, unas rosetas y una borla escarlatas. Al parecer las fundas protectoras se utilizaron por primera vez en la Guerra de Independencia, siendo oficialmente de hule negro.

Hubo distintos tipos de chalecos, algunos de ellos cruzados. Las polainas negras o grises, y en verano se usaban blancas no reglamentarias con el uniforme de gala.

En campaña se podían llevar pantalones de lino azules o blancos, que más tarde fueron grises o marrones. El gorro de forraje era azul con un ribete escarlata y la insignia de la granada. Los abrigos fueron reglamentarios desde 1.807, inicialmente de cualquier color, y azules desde 1.810.

Los uniformes de los oficiales eran iguales que los de la tropa pero con botones y charreteras doradas y grandas, también doradas, bordadas en las vueltas. El bicornio oficial tenía una presilla y borlas doradas. Este se convirtió en tocado de calle cuando se adopta el chacó en 1.807. El chacó tenía unos cordones, bandas de galón y unos galones laterales dorados, una placa también dorada y un penacho como el del bicornio. El barboquejo dorado se añadirá más tarde.

La espada con aplicaciones doradas se llevaba en una bandolera de cuero blanco, aunque se solía preferir un cinturón de cuero blanco o negro, y en campaña, los oficiales montados, llevaban un sable de caballería ligera que colgaba de un cinturón.

La artillería montada llevaba uniformes del mismo estilo que la caballería ligera. Desde 1.794 se utilizaba el nuevo uniforme de húsar, que consistía en un dormán azul oscuro con puños y ribetes escarlatas, un fajín azul oscuro con “canutillos” rojos, un colbac negro con un “ala”, cordones y penacho escarlatas. El dormán siguió siendo el uniforme oficial hasta 1.811, con una chaqueta de cazador azul oscuro de largos faldones, llevaba un chaleco azul oscuro. Los sobretodos azules de campaña tenían refuerzos de cuero negro y ribete escarlata.

El sable era de húsar de An IV, con empuñadura de latón en forma de estribo y una vaina de cuero con accesorios de latón.

Los oficiales utilizaban el uniforme de húsar con galón dorado y cinco hileras de botones dorados, y galones dorados que indicaban su rango en los puños. El fajín eraazul con “canutillos”dorados. Llevaban a menudo una pelliza azul con galón dorado, y los pantalones de montar tenían adornos en forma de dardos en los muslos. Las botas húsares tenían borlas y galón dorados y ribete de piel gris o marrón.

Son muchas las referencias que en plástico escala 1:72 podemos encontrar que recogen figuras de la artillería francesa de la época. En esta ocasión podemos hacer referencia a la marca Revell con la Artillería a caballo de la Guardia o a Italery con Artillería a caballo de la Guardia, una posición de artillería francesa y tren de artillería.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Coracero español 1.811 (I)

Vicente Alonso, uniformólogo y diplomado en Heráldica Militar y Vexilología, en la ponencia que impartió en Palma con motivo del bicentenario del conflicto explica que, la primera división de coraceros del país nació, cuando los españoles derrotaron a los franceses en Tarragona en 1809 y se apropiaron de las corazas de los cadáveres del
ejército enemigo.
Fue accidental y de hecho testimonial la aparición de los Coraceros Españoles. Se crean en Reus el 24 de mayo de 1.810, dotando de corazas a la 1ª Compañía de Húsares de Granada, según órdenes del general O'Donnell, conde de Bisbal. Estas corazas procedían del aniquilamiento en Mollet del Vallés el 22 de enero de 1.810 del escuadrón del Regimiento Provisional francés nº3 (formado en 1.808 en Poitiers) y que hizo la campaña hasta su final en España, adscrito a la columna de Lluhesme, gobernador militar de Barcelona. Contó con una fuerza total de 360 sables.
Luhesme salió de esta ciudad el 16 de Enero a la espera del Mariscal Augereau. El General Juan Henestrosa, nombrado por la Junta Central para sustituir a Blake y al marqués de Portago, envió desde Tarrasa a la columna, unos 4000 hombres, del marqués de Campoverde, que reforzado por la división Porta, procedente de San Feliu de Codinas, atacaron, apoyados por los dragones de Numancia, al 7º de línea y a los citados coraceros, mandados por el Coronel Guéry, salvándose muy pocos, y gracias a la columna de socorro enviada por el duque de Castiglione, y mandada por el coronel Ordonneau que desde San Celoni, apoyó al 5º Ligero italiano, que resistió bravamente en Granollers.
Se organizan en dos escuadrones de tres compañías al mando del Coronel D. Juan Malat. Su uniforme consistía en: casaca roja, cuello y puños verdes. Pantalón, forro, charreteras, plumero y guantes blancos. Festoneado de la coraza rojo con vivos blancos. El uniforme de los oficiales era idéntico a los de la tropa cambiando las charreteras de hilo blanco por hilillo de plata.
Los Coraceros españoles participan, desde entonces -dentro del 11 ejército- en numerosas acciones: Argilaga (24-1-1812) atacando a un convoy francés que llevaba prisioneros españoles,
tras la acción de La Riera, en la que intervinieron "Los Leales Manresanos" del coronel Fleires y el coronel Villamil, con las compañías de élite Fernando VII, Ausona y Tiradores de Busa; combate de Ferrán, Campo de Tarragona y La Canonja, Molins del Rey, San Feliú (carga de los coraceros y Húsares de San Narciso) al mando de Luis Llecreft, combates de Omellons y San Martín de Malda, combate de El Congost, etc.
Al finalizar la Guerra de Independencia, los Coraceros españoles conformaban un escuadrón con 210 hombres y 183 caballos.

En la actualidad, contamos con el Regimiento de Coraceros La Coruña, que nos dan la posibilidad de disfrutar en recreaciones actuales de una caballería escasa, por no decir excepcional, en aquella época dentro del ejército español.

Desde donde