sábado, 30 de enero de 2010

Los “Grandes Hermanos” de las tropas francesas en España. Coraceros de la Guardia

Durante la guerra de la Primera Coalición, la caballería francesa solo contaba con un regimiento de coraceros heredado de la Guardia de Luis XVI. A partir de 1.801 una serie de decretos fueron convirtiendo la caballería pesada en regimientos de coraceros. Esta caballería pesada recibió los apelativos de “regimientos de acero” y los “grandes hermanos”. Sus cargas hacían temblar la tierra y resultaban arrolladoras. Su principal uso era lanzarlas contra las líneas enemigas para desbaratar la infantería, tomar la artillería (“clavarla”) o enfrentarse a la caballería. Sus trayectorias arrolladoras generaban impresionantes melés donde vencía el que más fuerza generaba en el impacto o mejor resistía el ímpetu del contrario.

El uniforme de los coraceros quedó definitivamente fijado en 1.805. Constaba de casco metálico adornado con una crin negra y una pluma roja, guerrera azul imperial con charreteras rojas, plateadas en el caso de los oficiales, y vueltas del color del regimiento, coraza metálica, pantalones blancos de cuero de gamo o cordero y botas altas de cuero negro.

La coraza estaba compuesta por dos piezas que se mantenían unidas mediante un cinturón de cuero ajustado, y por dos charreteras, también de cuero, decoradas con escamas. A lo largo de los bordes de las dos placas había un grueso ribete de cobre. Dos piezas de tela acolchada de color rojo y ribeteadas en blanco protegían la guerrera del rozamiento con la coraza.

Todos los regimientos utilizaban la misma coraza, no siendo así con los cascos dependiendo de cada regimiento los adornos de la cimera, su inclinación y la altura de la bomba. En el caso de los oficiales era muy similar que al de la tropa diferenciándose por el mayor esmero en su elaboración.

Los colores del cuello y las vueltas eran: rojo para los seis primeros regimientos, amarillo paja para los comprendidos entre el séptimo y el decimosegundo y granate para los dos últimos. Los botones estaban adornados con el número del regimiento.

El armamento original de los coraceros consistía en dos pistolas y un sable modelo año XI con la vaina metálica. La hoja recta tenía una longitud de 97 cm, con lo que la espada alcanzaba una longitud total de 120 cm. En 1.805 se intentó equiparlos con carabinas austriacas que rechazaron. En 1.812 recibieron un mosquetón y una bayoneta.

La bandolera era de cuero teñido de blanco. La cartuchera de cuero negro, adornada con una granada dorada.

En España sus acciones se iniciaron el mismo 2 de Mayo de 1.808, donde jinetes del 1er y 2º Regimientos provisionales de Coraceros franceses, entraron en Madrid por las puertas de Toledo y Atocha procedentes de Los Carabancheles, donde se encontraban emplazados a la espera de órdenes. Para enfrentarse a los madrileños, que salieron a su encuentro con la intención de entorpecer su paso, se vieron obligados a realizar más de una carga.

Las mujeres dejaban que el jinete se acercase de frente para que tras realizar un recorte hacia la mano libre de espada, hacerse con las riendas, propinar un tijeretazo en la barriga del jamelgo y provocar la caída del coracero. Desde el suelo parecían igualarse las diferencias.

También el salto por la espalda para incrustar la navaja en los huecos que las corazas dejaban descubiertos, demostraba la agilidad y valentía de los defensores de las puertas de la ciudad.

Tras su participación en la matanza de Madrid, el 1er Reg. Provisional de Coraceros marchó hacia Valladolid para proteger la línea de comunicaciones entre Castilla y Francia. Eso sí, acompañados por un importante contingente de Guardia Imperial.

El 2º Regimiento Provisional de Coraceros se dirigiría hacia Andalucía. Estos fueron los coraceros que participarían en la batalla de Bailén, y que sufrirían la primera derrota de un ejército francés en campo abierto, nada menos, que a manos del denostado y subestimado ejército español.

Los Regimientos Provisionales se componían de fuerzas pertenecientes a otros regimientos estables. Por ejemplo: el 2º Regimiento Provisional de Coraceros estaba compuesto por coraceros del 5º, del 9º, del 10º, del 11º y del 12º. Otro tanto sucedía con el 1er Regimiento.

Muchos otras fueron las participaciones de la caballería pesada durante la Guerra de Independencia, incluso proporcionarían a los Coraceros Españoles las corazas y armas necesarias para completar su propia unidad. Pero, este fue el inicio de la historia de este cuerpo de armas en su participación en la Guerra de Independencia, icono del poder napoleónico de la época. El propio Reding mostró a sus soldados corazas agujereadas para hacer desaparecer su leyenda de impenetrables.

La figura a caballo

Este regimiento fue creado en 1.653 siendo uno de los regimientos más antiguos de la caballería francesa. En 1725 paso a llamarse “stanislas-roi” y en 1737 cambio de nombre denominándose “royal – pologne”. Por ultimo en el año 1791 se llamo 5º Regimiento de caballería. En 1803 el regimiento adopto el nombre de coraceros siendo uno de los últimos en recibir dichas corazas. En 1805 tomaron parte en la batalla de Austerliz, en 1806 participaron en la campaña de Prusia y en 1807 se encontraron contra los rusos en Eylau perdiendo a su jefe de división el general D’ Hautpoul. En 1808 fueron mandados a España, regresando para formar parte de la Grande Armée en la invasión de Rusia en 1812, en 1813 lucharon en Leipzing y por ultimo en 1815 formaron parte de las desastrosas cargas contra los cuadros ingleses, siendo derrotados y disueltos.



domingo, 24 de enero de 2010

Los Húsares en la Guerra de Independencia 1.808-1.814


En el número 2 de la colección Guerreros y Batallas de la editorial Almena encontramos el título "Los Húsares Españoles en la Guerra de Independencia 1.800-1.814". Este libro editado en Madrid en el 2.000, recoge en 54 páginas y 8 láminas a color algunos de los húsares más significativos de esa época. Desde los húsares de María Luisa hasta los húsares de Almansa, pasando por los húsares de Iberia y de Espoz y Mina. Incluso aparecen los húsares de la Guardia Real de José I Bonaparte, que este ordenó organizar desde Vitoria y tras la derrota de Bailén, cuando se encontró con que las tropas españolas se habían unido al levantamiento popular.
Tanto los textos como las ilustraciones corren a cargo de Emilio Arredondo.


viernes, 15 de enero de 2010

"Dragones de la Emperatriz"


Otro de los personajes que aparece en “La Carga de los Mamelucos”, de Goya, es un Dragón de la Guardia.

Estos soldados, eran soldados de caballería ligera entrenados para combatir tanto a caballo como a pie. Estaban armados con un sable recto, una pistola y una carabina sobre la que se podía adaptar una bayoneta. Los modelos de estas armas variaban en función del regimiento y, en algunos casos, en lugar de carabina se utilizaba un mosquetón. Por lo general, en la mayoría de las unidades, la carabina era del modelo de 1.777, con una longitud de 141,7 cm. y un peso de 4,3 kg. Las pistolas, modelos de los años XIII y IX, medían 33 y 35 cm. respectivamente, pesaban 1,3 kg y eran del calibre 1,71. Todas las armas se utilizaban tanto a pie como a caballo, por lo que los dragones no se desprendían del sable para las operaciones a pie.

La actuación de los dragones fue muy discreta durante la primera parte de las guerras napoleónicas, y Napoleón estaba muy descontento con los oficiales del cuerpo. Consideraba que su afán por brillar, les había hecho diseñar una instrucción espectacular, pero que en el campo de batalla solo producían desorden. Sin embargo, el 8 de octubre de 1.805 los dragones ocuparon, casa por casa, la localidad de Wertingen, permitiendo la posterior ocupación de Augsbourg, y facilitaron las operaciones que condujeron finalmente a la victoria de Austerlitz, dos meses después.

El 15 de Abril de 1806 una orden imperial de Napoleón creaba el regimiento de Dragones de la Guardia Imperial, que pasaba a formar parte de su Guardia Imperial.

Fueron presentados en público por primera vez en la Plaza Carrousel, y la emperatriz quedó tan impresionada que decidió convertirse en la madrina del nuevo cuerpo. Su deseo seconvirtió en un regalo de Napoleón a Josefina, y por este motivo se denomina de forma no oficial, “Regimiento de Dragones de la Emperatriz”.

Este regimiento estaba orientado a ser un cuerpo de élite, formado en su mayoría por veteranos con al menos 6 años de servicio. Más tarde este requerimiento alcanzó los 10 años de servicio. También era necesario haber participado en al menos dos campañas, saber leer y escribir y medir al menos 173 centímetros. Jean Toussiaint Arrighi de Casanova fue su primer responsable y se encargó de organizar el regimiento y diseñar los uniformes. Entre otras cosas, se determinó que lo dragones debían montar caballos negros, aunque definitivamente fue imposible cumplir esta condición y únicamentedisponían de caballos negros algunas unidades. El resto solía montar caballos bayos o alazanes.

El regimiento estaba formado por 4 escuadrones, cada uno de ellos compuesto por 200 dragones y 50 vélites. Dirigidos por 60 oficiales. El 9 de diciembre de 1.813 se les añadió un escuadrón de éclaireurs (exploradores).

El elemento distintivo del uniforme de los dragones era un casco de cobre con cimera rematada en una borla negra y adornado con una crin de caballo, también negra. Esta crin tenía la función de proteger de los golpes del sable enemigo en la cabeza, enredándose en el mismo. En ocasiones podía existir una pluma lateral. La parte inferior del casco estaba recubierta con una banda de piel de foca, llamada turbante. La visera era de cuero. La guerrera era verde y el color del cuello, peto, vueltas y hombreras dependía del regimiento. También variaba en función del regimiento la posición de la solapa de los bolsillos de la guerrea, que podían ser verticales u horizontales.

En el caso de los oficiales la forrajera, adorno amarillo formado por una serie de cordones trenzados y sujetos por los extremos al hombro y al pecho de la guerrera, eran dorados.

Los pantalones eran de piel blanca calzando botas en el servicio a caballo. En el servicio a pie se cambiaban por polainas y se prescindía de los guantes; cosa que no sucedía con los oficiales. Otra de las diferencias para los oficiales era que no cargaban con mochila en el servicio a pie.

El uniforme de gala de los cornetas (a caballo) está formado por un casco con borla y crin blancas y pluma azul. La guerrera era blanca, con cuello, peto y vueltas azul celeste. Los pantalones y las botas son iguales al del resto de la tropa. El caballo era blanco por reglamento.

En el caso de los músicos a pie (ej.: trompeta), los colores de la guerrera se invertían, pasando a tomar como color de la guerrera el color del regimiento y el resto (cuello, peto, vueltas y hombreras) el verde.

La montura iba equipada con dos alforjas delanteras, una manta y un portamantas cuadrado, todos ellos verdes y ribeteados de amarillo para la tropa y dorado para los oficiales.

En el portamantas aparecí el número de regimiento. Todos los correajes del uniforme eran blancos, incluidos la correa de la carabina y los tirantes de la mochila. No ocurría así con los correajes de las monturas. El cabezal y la sujeción de la carabina al caballo eran de cuero negro; la silla marrón y la cincha y la acción de estribo blancas.
En España combatieron desde 1.808 hasta 1.810. Al ser una unidad de movimiento rápido y adiestrada también para desarrollar sus funciones a pie, fueron movilizadas en multitud de ocasiones durante el enfrentamiento.



sábado, 9 de enero de 2010

El Húsar


El Húsar, escrito por Aturo Pérez-Reverte en 1.986, y editado por Punto de Lectura, para esta edición, en el año 2.008, es un libro que narra la experiencia vivida por Frederic Glüntz, subteniente de húsares del ejército napoleónico, en territorio andaluz en 1.808. Siendo una novela de la misma época y con personajes incluídos en el mismo ejército, como se da en "A la sombra del Águila", no es ni mucho menos, ni tan irónica ni humorística. Todo lo contrario, mucho más dura, expone en menos de 200 páginas la contradicción entre la visión idealizada de la batalla como el camino hacia la memoria perdurable de la historia a través del honor, la valentía y el arrojo de los hombres ante la realidad más cruda. La de la batalla como camino hacia el olvido de la soledad ante la muerte y el horror en el enfrentamiento entre los hombres.
Es una novela que me ha gustado y es recomendable.
Como curiosidad, en la portada, no aparece la imagen de un húsar, sino la de un artillero a caballo de la Guardia Imperial, pintado por Jean-Baptiste Édouard Detaille.

viernes, 1 de enero de 2010

Tren de artillería (1.808-1.813)





El cuerpo de tren de artillería se creó a partir de una sola compañía, el 8 de septiembre de 1.800, pero sus efectivos se incrementarían a un batallón de seis, el 15 de abril de 1.806. Se introdujo un segundo batallón a 
finales de 1.807 y luego un tercero a principios de 1.813. Finalmente, el 6 de abril de 1.813 se añadió un segundo regimiento, estableciéndose sus efectivos en tres batallones de cuatro compañías.
La militarización de los conductores tuvo como resultado la utilización de la artillería de manera ofensiva. Ya no se dejaban los cañones en un extremo del campo de batalla y eran arrastrados por los artilleros hasta su posición definitiva.
Ahora eran llevados a su emplazamiento remolcados mediante un armón o avantrén tirado por caballos, mientras que los sirvientes de la pieza se desplazaban a pie. Este avantrén o armón era una estructura triangular de madera que incluía un par de ruedas unidas a una lanza de tiro.
Este avantrén portaba cajas de municiones y respetos, lo que le permitía una disponibilidad de entrar en combate inmediatamente. En escasas ocasiones se añadían asientos para los sirvientes, siendo casi excepcional.
A partir de octubre 1.808 los conductores de tren de artillería contaban con una chaqueta azul celeste de solapas cuadradas, faldones cortos o en punta y puños de pico o con vuelta, azules. El chaleco recto era gris oscuro hasta que a partir de 1.810 también fue azul celeste. Los pantalones de montar de cuero con una raya en blanco y guarniciones.
Los conductores de las baterías montadas llevaban botan y pantalones húsares con galones rojos, granadas rojas en las vueltas y a veces ribetes rojos.
A principios de 1.807 se adoptó el chacó con galones de cuero negro y una placa romboidal de metal blanco con el número de batallón o un águila imperial sobre una peana.
Los oficiales llevaban los cordones del chacó plateados, chaquetas de faldones largos y charreteras plateadas. Usaban sables similares a los de los dragones.
A principios de 1.805, los caballos de tiro tenían una piel blanca de carnero con una cenefa gris oscuro con ribete blanco.
Los caballos de los trenes de artillería a caballo tenían unas gualdrapas de caballería ligera azul oscuro con una cenefa roja y grandas rojas en las esquinas, y unas maletas azul oscuro.
En la figura, el conductor luce, en bandolera, la giberne en cuero negro, que a veces lleva el águila imperial de latón. A la espalda, sobre la silla, el portamantas orlado de blanco. La silla es de almohadón de piel de carnero sobre gualdrapa azul orlada de blanco.

Desde donde