sábado, 19 de septiembre de 2009

MADRID 1.808-1.813


Otra edición más de Almena en 2.008, tratando los eventos de la Guerra de la Independencia Española. En esta ocasión recoge los acontecimientos que se producen en la capital del reino. Desde el 2 de Mayo de 1.808 hasta la expulsión de los franceses en 1.813. Todas las ocupaciones y liberaciones que Madrid sufre y celebra en esos cinco años se revisan en una obra de F. Martínez Canales, tanto en texto e ilustraciones, en el número 44 de la colección Guerreros y Batallas.
Con ilustraciones bastante buenas, lo más interesante, a mi entender, son los esquemas, gráficos y explicaciones sobre los sucesos diferentes a la sublevación del 2 de Mayo. Momentos como la presencia del propio Napoleón en Madrid o las liberaciones provocadas por las victorias o derrotas de los ejércitos español, aliado o francés, las entradas victoriosas de vencedores y las huidas de los vencidos, con sus repetidas fiestas y como los madrileños siguen sobreviviendo a todo esto me parece lo más relevante de este libro.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Joachim Murat



Joachim Murat. Mariscal del Imperio, gran duque de Berg y rey de Nápoles. Nació el 25 de Marzo de 1767 en La Bastide-Fortunière, departamento del Lot Francia, donde su padre era un humilde posadero.

Desde pequeño Murat manifestaba inclinaciones belicosas siendo un muy buen jinete desde los diez años.

Luego de terminar la escuela, obtuvo una pensión del colegio

de Cahors y más tarde marchó a Toulouse para estudiar la carrera eclesiástica, hasta cuando harto de la rutina sagrada, escapa del seminario para enrolarse como voluntario en el 12º de cazadores de caballería, un 23 de febrero de 1787.

El 29 de abril de 1792 era brigadier, sargento, subteniente y teniente en el mismo año, capitán, jefe de escuadrón y hasta jefe de brigada en el año siguiente. En octubre de 1795 fue en parte en París en el momento en que Napoleón Bonaparte se le

encomendó la misión de reprimir una insurrección monárquica; la contribución de Murat le ganó un lugar como

ayudante de campo de Bonaparte para la campaña italiana de 1796 -97.

En Italia y más tarde en Egipto (1798-99) estableció su reputación como un talentoso y audaz líder de la caballería, y sirvió a su nuevo jefe, Bonaparte, en el golpe de Estado del 18 Brumario, año VIII (9 de noviembre de 1799), por el que tomó el poder como primer cónsul. Murat fue recompensado con la mano de la hermana menor de Napoleón, Caroline, de solo 17 años. El matrimonio se realizó en París el 29 de diciembre de 1799.

En la campaña italiana de 1800 Murat ayudó a ganar la decisiva batalla de Marengo.
El 11 de septiembre de 1801 Murat es nombrado comandante en jefe del

ejército del medio día, con radio de operación en el reino de Nápoles al que obligó a firmar la paz, obteniendo Francia de este armisticio, la isla de Elba.Implantado el Imperio, Murat pasa a ser Mariscal, el 19 de junio de

1804; el 13 de julio siguiente es nombrado gobernador o jefe militar de París y poco después, gran Almirante (capitán general) del Imperio con el título de príncipe. En 1805 desempeñó un papel notable en la campaña de Austerlitz, ayudando en la victoria sobre Austria y Rusia; lo mismo en Jena, 1806 y en Eylau, 1807, su aporte fue trascendental.

Recompensado con el título de Gran Duque de Berg y Cleves, Murat empezó a tener sueños de soberanía.

Luego Murat es enviado por Napoleón a la cabeza del ejército de los pirineos, entrando en España en febrero de 1808 y ocupando Madrid el 23 de Marzo siguiente.

El día 1 de mayo de 1808 el mariscal Murat había acudido a pasar revista a sus soldados en el Paseo del Prado; al regresar cabalgando a su residencia escoltado por la caballería, su montura recibió una pedrada en el momento que atravesaba la Puerta del Sol. El caballo se encabritó y casi tira a su jinete. Había demasiada gente para buscar al culpable. Lo más seguro seguir adelante. Otra demostración de poder y ocupación y más señas evidentes del disgusto de la población. No tendría que esperar mucho para demostrar a los madrileños quien mandaba en este país. Sus sueños de llegar a ser rey impulsaban más la idea de demostrar a Napoleón que podía ser lo suficientemente digno para dirigir una nación.

A la mañana siguiente, simulando a su Napleón en método y forma intenta acallar a los revolucionarios y ordena la marcha de la Guardia Imperial acompañada de artillería hacia el Palacio Real. No dudaría en cañonear a los civiles allí reunidos. Paso seguido, partían correos desde el puesto de mando de Murat, para poner en marcha el plan preconcebido y tomar el control de la ciudad. Desde los acuartelamientos de los alrededores de Madrid saldrían las tropas que aplastarían la sublevación.

La rebelión madrileña se apaga en una mañana. La represión posterior, mediante el fusilamiento de los participantes en la revuelta o aquellos que pudieran portar objetos que infligieran daño y los asaltos a las viviendas desde donde hubieran producido daño a las francesas, deberían servir de ejemplo al resto de los ciudadanos.

Su error, al igual que el de Napoleón, quedaría claro en poco tiempo. Móstoles, con la llamada a la defensa del país sería el primero en demostrárselo, posteriormente Asturias, Zaragoza, Valencia, todo el país se levantaría en armas ante la invasión.

José Napoleón entra en Madrid el 20 de julio, a las 18:30h por la Puerta de Alcalá para tomar posesión de la Corona de España a cambio de la de Nápoles.

Vacante el trono de Nápoles por el advenimiento del rey José Bonaparte a la corona de España, Napoleón se la concede al bravo y leal Murat, siendo proclamado rey el 1º de agosto de 1808 bajo el nombre de Napoléon-Joachim. Allí se granjeó el afecto de sus súbditos, como lo hiciera en su ducado.
Murat, en 1812 tomó parte en la campaña rusa de Napoleón y una vez más se distinguió por su bravura. Habiendo abandonado el Emperador el mando del ejército en la desastrosa retirada, el 5 de diciembre de 1812, confió el mando de aquel a Murat; pero sorprendentemente el 17 de enero de 1813 entrega este el mando en jefe al príncipe Eugenio, para volver a sus estados, a intentar

salvar su reino de Nápoles. Llegando allí arregló una alianza con Austria e Inglaterra. Vuelto a llamar al frente por Bonaparte estuvo con él hasta la batalla de Leipzig (19 de octubre), que perdió el ejército francés, regresando entonces a su reino, donde el 11 de enero de 1814 firmó con Austria un tratado, por el que se comprometió a facilitar a los aliados un cuerpo de ejército de 60.000 hombres.
Murat perdió bien pronto los frutos de su defección, pues arrojado de sus Estados por los mismos con quienes se había aliado, y vendido por aquellos que más confianza le merecían, fue obligado a embarcarse precipitadamente, para no caer en manos de sus enemigos, marchando a refugiarse en Tolón, mientras la reina Carolina Bonaparte y sus cuatro hijos fueron conducidos a Austria como prisioneros.

Después de la batalla de Waterloo y de las insurrecciones realistas de Marsella y Tolón, no creyéndose Murat, seguro, se refugió en Córcega donde organizó una pequeña expedición con la loca esperanza de reconquistar su reino de Nápoles. Partió de Ajaccio el 28 de septiembre de

1815, arribando el 8 de octubre a Pizzo, en Calabria; pero preso en la misma fecha, cinco días después era juzgado por una comisión militar que lo condenó a muerte, otorgándole como gracia única que escribiese a su esposa. El oficial encargado de hacer ejecutar la sentencia quiso vendar los ojos de Murat pero este le espetó: “he desafiado demasiadas veces a la

muerte para tenerle miedo”. Murió el 13 de octubre de 1815, en Pizzo, Calabria.

En cuanto a la figura que acompaña la entrada, es una figura que pertenece a la colección de Ediciones Del prado. Esta toma como referencia el retrato ecuestre de Joachim Murat realizado por Antonie-Jean Gros en 1808.



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